En última Revista Ventanal: reportaje ¿DROGAS en las mochilas?

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Revista Ventanal

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¿Quién le pone el cascabel al gato? Las causas son multifactoriales y multicausales. Ejemplo.
Por un lado, la ciudadanía hoy dispone de más herramientas, tanto para informarse sobre los efectos nocivos de las drogas en el cuerpo y mente humana, sobre los campañas y programas de prevención abiertos a la comunidad (algunos gratuitos), como para saber acceder más fácil (y económicamente) a las drogas.

Asimismo –al menos respecto a la marihuana– hay una convicción generalizada del bajo riesgo que esta ejerce en la salud (incluso se la visualiza como no adictiva). Súmele a ello que, tanto el mayor poder adquisitivo de la población actual como el aumento sustantivo de los niveles de estrés y de desánimo –muchas veces– buscan ser paliados con el consumo de alcohol o estupefacientes varios.

Sigamos. Si bien el consumo problemático de drogas y alcohol era un tema prioritariamente masculino, hoy la población femenina es tan o más consumidora que los hombres. En ambos géneros –en la última década– la edad de inicio de consumo ha disminuido de 19.4 a 13.7 años. Esta baja sustantiva tiene relación a la baja percepción de riesgo y –conjuntamente– a la disminución de la desaprobación parental ante el consumo del alcohol y marihuana y a la actitud indolente de los locales de venta de alcohol. Y también, a la instalación en el debate público de la legalización de la Cannabis y otras drogas, en medio de la aprobación ciudadana de una agenda valórica menos conservadora.

Así las cosas, es un deber ineludible de los docentes, al menos estar informados. Estas líneas –que se refieren al XII Estudio Nacional de Drogas en Población Escolar de Chile, 2017 del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (SENDA) y al último Informe de la OEA (que nos compara con otras 32 naciones americanas)– van esa dirección.

¿PARA QUÉ EL ESTUDIO DE SENDA?

El XII Estudio Nacional de Drogas en Población Escolar de Chile 2017 de Senda, tuvo como objetivos principales:

• Determinar el uso de alcohol y otras drogas en población escolar de Octavo Básico a Cuarto Medio, y su desagregación según variables como sexo, tipo de establecimiento, cursos o regiones.

• Medir las tendencias de uso de alcohol y otras drogas durante los últimos 16 años y la vigilancia del consumo de nuevas drogas tales como éxtasis u otras que signifiquen un riesgo para esta población.

• Describir la distribución de los factores de riesgo y protección asociados al uso de alcohol y otras drogas en esta población.

El universo del estudio es la población escolar de Chile conformada por estudiantes que –en 2017– cursaban 8° básico, I, II, III, y IV Medio de la Enseñanza Científico Humanista o Técnico Profesional de establecimientos Municipales, Particular Subvencionados y Particular Pagados. Se mantuvieron como encuestados a alumnos de las mismas 121 comunas de las 16 regiones del país que fueron entrevistadas en 2015. La población de estudiantes con probabilidades de ser seleccionados corresponde a 985.565.

Estudio completo AQUÍ


LOS ESTUDIOS DE LA ORGANIZACIÓN DE ESTADOS AMERICANOS (OEA)

Creada en 1948 con el fin de ser un foro político para la toma de decisiones, el dialogo multilateral y la integración de América, la OEA ha sido un actor discutido, a veces conflictivo, pero siempre relevante en el continente. Con sede en Washington DC, el organismo –más allá de su rol eminentemente político– desarrolla estudios cuantitativos de temas relevantes como el consumo de drogas, alcohol y otras sustancias. El Informe en cuestión de la OEA 2019 –realizado con datos de sus 33 países miembros– es contundente. Al ser comparado con sus pares latinoamericanos -que actualmente están estudiando en Enseñanza Media- los estudiantes chilenos llevan la delantera en consumo de tabaco, marihuana y cocaína. Aquí algunas de sus cifras y opiniones de expertos que merecen una segunda lectura.